sábado, 16 de agosto de 2014
lunes, 4 de agosto de 2014
aqui les va una divertida historia
PAQUITO Y
PEPITO
Había
una vez un cuisito que se llamaba PAQUITO
él vivía en una casa de la granja de el señor Facundo quien lo cuidaba mucho, lo consentía
y le daba mucha hierba para que se engorde muy rápido.
A Paquito le gustaba practicar mucho el futbol,
un día salió con su amigo Pepito y se fueron al estadio a jugar pero Paquito se
cansó mucho y no pudo correr como antes,
entonces su amigo le dijo que estaba muy gordito y por eso no podía correr, e l
se puso muy triste y regreso a casa.
Al
verlo su dueño lo acaricio y le dijo que ya estaba listo
para asarlo en el cumpleaños de su hijo y le dejo más hierba y concentrado para que se alimente.
Paquito
se asustó tanto al saber que lo iban a
matar y decidió irse de la casa,
fue a buscar a su amigo y le comento lo
que le estaba pasando y este le
dijo que era lo mejor haberse ido de la granja para no ser sacrificado;
entonces los dos amigos decidieron irse
juntos para no separarse.
Paquito
y Pepito decidieron irse a Brasil donde
todos los días iban a jugar futbol y disfrutaban de cada momento y cuando ya comenzó e l mundial asistían
sin falta a mirar los partidos y a hacer barra por sus equipos
preferidos; y es así como estos dos amigos día tras día han sobrevivido y han
luchado por su amistad tan bonita y sincera.
fin
Realizado por:
JAVIER
MAFLA
Tercero:
B
martes, 22 de julio de 2014
DESPIERTA TU IMAGINACION
1.
ACTIVIDAD |
- Con ayuda de tus papitos realiza la anterior manualidad siguiendo los pasos descritos.
Juguemos con los números
CRUCINUMEROS
Resuelve las siguientes operaciones y ubica el resultado en
el crucigrama teniendo en cuenta su ubicación (horizontal y vertical).
Adentrate al maravilloso mundo de la imaginación
Durante muchos años un cuy vivía
lamentando su mala suerte, no podía entender el no ser tan
astuto como la serpiente, se pasaba los días admirado sus proezas que por cierto no
eran tan admirables.
Un día organizo una fiesta en
casa y se tomo la molestia de ir a buscar a la serpiente
personalmente y a pesar de que esta no se sintió muy motivada y
a gusto de asistir a la fiesta en casa de Señor cuy, llego
a ser convencida.
Nuestro amiguito, el cuy regreso
a casa muy pero, muy contento, porque según él tendría a
la invitada más ilustré de las alturas.
Se paso las dos semanas
siguientes organizando los más mínimos detalles de la que
sería la fiesta más importante del año.
Tenía todo preparado y sucedió
así, todos asistieron a la fiesta la serpiente que por cierto
tenía preparado su plan de llevarse todas las gallinas, gallos y
pollos del corral espero el momento preciso y cuando
ya se había ganado la confianza de este decidió poner en
marcha su plan.
En medio de la fiesta pidió
ser escuchada y empezó agradeciendo a su gran
amigo el cuy por la reverencia que había tenido en
invitarlo a su fiesta y acto seguido prosiguió a
informar acerca de la peste de aves que se avecinaba,
indico que contagiaría a todos los animales de las alturas
por ello era muy importante que ella se los llevara a casa para poder ponerlos en cuarentena y así proteger
y cuidar al resto de animalitos del lugar.
El
señor cuy muy emocionado y embobado por la sabiduría
de la serpiente se ofreció ayudarle
a empacar todas las aves que habían a su alrededor, eran tantas
que la serpiente estaba pensando en comer todo el año sin trabajar
El gallo era el que más
desconfiaba de la sabiduría de la serpiente
y de sus “tan buenas intenciones”, mientras todos se divertían
logro cambiar el cargamento por rocas muy pesadas.
Al día siguiente cuando la serpiente
decidió regresar a casa no Cabía de felicidad, no reviso los
atados, se los echo al hombro y partió, ya por el
camino el peso se le hacía insostenible
y conforme caminaba iba dejando un saco tras otro, llego a
casa molida por el gran peso que había llevado y la distancia que
había recorrido; a duras penas logro desatar uno de los sacos
que hizo llegar a casa.
Grande fue la sorpresa
al encontrar dentro de los sacos rocas. El gallo al día
siguiente volvió a cantar su quiquiriquí, al escucharlo el cuy
fue a visitarlo, este le contó que él nunca confiaba
en la sabias palabras de la serpiente, así que decidió cambiar los sacos.
Desde ese
día las alturas de Perú dejaron de ser de la serpiente, los animalitos
entendieron que siempre será conveniente desconfiar de extraños
pues puede que les salve la vida.
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